Las especies primaverales más importantes de nuestro país

Para conservar los ejemplares vegetales del territorio español, es necesario conocer el momento indicado para cultivarlos. ¿Sabrías cuáles de ellos necesitan el clima primaveral para florecer?

Tras las bajas temperaturas del invierno, el calendario da pie a la segunda estación del año: la primavera. Situada en un punto intermedio, pues el clima no es frío ni caluroso, este período está comprimido entre el 20/21 de marzo y el 22/23 de junio, festivos relacionados con la verbena y San Juan.

Esta temporada está caracterizada por el deshielo y el consecuente renacimiento de todos aquellos vegetales atrapados bajo tierra. Varios animales despiertan después de tres meses de hibernación, acompañados de paisajes florecidos y otras especies migrando hacia otros territorios. Asimismo, el tiempo aumenta progresivamente y las precipitaciones dejan de ser regulares. Es preciso mencionar que, en los últimos años, el calentamiento global ha acelerado el aumento de las temperaturas dejando de lado aquello que caracteriza a esta estación.

Dicho esto, las ventajas que aporta la primavera en el terreno son numerosas. Es por eso, que las plantaciones que crecen durante estos meses deben ir acompañadas de cuidados especiales y abonos específicos para obtener el fruto ideal de toda plantación. A continuación, se muestra la clasificación de las especies de origen vegetal, algunos de los ejemplos más comunes, y la comunidad autónoma donde se encuentran.

PLANTAS

Lavanda

A finales de mayo, la mayoría de los campos agrícolas situados, especialmente en Guadalajara, se cubren de una planta de tallos leñosos entre los 80 y 120 centímetros de alto. Entre sus hojas largas, estrechas y perennes, asoman pequeñas flores de un color peculiar: el azul violáceo. Asimismo, este ejemplar se caracteriza por el fragante aroma que desprende. Por ello, es muy común verlo en perfumes actuales.

Sin necesitar mucha luz directa del sol, la lavanda es capaz de soportar cambios de temperaturas constantes. Este factor le permite crecer en aquellos terrenos secos y arcillosos del centro de la península, y en cualquier maceta de jardín. Además, al ser una planta que soporta fácilmente las escasas o abundantes precipitaciones, es una buena sustituta del césped en zonas cuyo desarrollo no es efectivo, o de superficies irregulares.

Para plantarla correctamente, el esqueje es el mejor método, ya que las semillas de las ramas permiten que los alimentos del subsuelo se absorban rápidamente. Es cierto, que con el proceso habitual de la semilla también se obtienen buenos resultados. Después de florecer, la lavanda llega a su máximo esplendor iluminando los campos de ese color frío.

Lavanda, flor primaveral España

Amapola

Recubierta de una fina capa de pelusilla, la amapola es una planta característica del centro de la península, pues la gran mayoría de cultivos se encuentran en Toledo y pueblos de alrededor. Conocida también como Papaver rhoeas, científicamente es una flor que puede llegar a alcanzar los 50 centímetros de alto y 5 o 6 de diámetro.

Amapola, flor primaveral España

Lo que más capta la atención de aquellos que las observan, es el color rojo intenso de los pétalos arrugados que las cubren. Su tajo no es precisamente grueso, pero permite que su estructura consiga mantenerse de pie incluso tras las lluvias de primavera. A pesar de resistir a las precipitaciones mencionadas, esta planta suele crecer en terrenos secos, pobres y con bastante luz solar. Estos tres elementos se complementan con la amapola debido a que es una flor que no necesita mucha agua. Si cualquier individuo decide plantarlas en su propio hogar, es importante recordarle que para que sobrevivan deben recibir agua un par de veces a la semana como máximo. Finalmente, remarcar que esta especie se multiplica mediante semillas y, que para su reproducirse correctamente, deben plantarse en un único sitio, el trasplante puede afectar a su organismo vegetal interno.

Narciso

En grupo o individualmente, el narciso es una flor que crece, principalmente, en las islas baleares o en la península ibérica evitando el sur. Sus hojas blancas o amarillas, dependiendo de la especie, recubren un tubo central muy desarrollado que contiene el polen necesario para reproducirse. Este proceso suele realizarse rápidamente, ya que los insectos que aterrizan en sus pétalos se quedan impregnados de la sustancia mencionada ayudando a que otros ejemplares queden inseminados.

En el exterior, suelen crecer en rincones bastante sombríos, pues no resisten al calor veraniego que aparece al final del trimestre. Asimismo, en casa lo mejor es mantenerlos en el interior, pues las frías noches los marchitarían y las altas temperaturas del mediodía las secarían. También, es preciso mencionar que, en caso de poda, lo mejor es eliminar las flores o las hojas en mal estado, ya que dejando las cabezas enterradas, la probabilidad de que vuelvan a nacer la temporada siguiente es muy elevada. Por último, mencionar que, para su buen cultivo, es necesario un abono orgánico bastante grueso que sujete los bulbos, esa parte situada bajo tierra que protege las raíces.

Narciso, flor primaveral en España

ÁRBOLES

Almendro

Este árbol, uno de los más populares del mundo, llegó a España gracias a los fenicios, individuos que recorrieron todo el mar Mediterráneo para trasladar sus semillas desde Asia Central. Actualmente, las plantaciones más grandes de este ejemplar se encuentran en Mallorca, Gran Canaria y Madrid (Quintana de los Molinos).

Para que su plantación tenga éxito, es necesario comenzar el proceso a principios de febrero. A mediados de abril, el árbol muestra sus flores blanquecinas y rosadas, dos colores que combinados cubren como un gran manto los campos donde se cultivan.

El almendro es un árbol muy sensible a los climas fríos. Por eso, es importante que reciba luz solar constantemente y que su entorno sea templado. Gracias a estos factores, puede llegar a medir entre 3 y 5 metros, y una multitud de almendras, el fruto que produce.

Almendro, árbol primaveral España

Cerezo

El cerezo es una de las floraciones más comunes en primavera, especialmente en Jaén, Cáceres y Burgos, tres provincias que, tras los meses de marzo y abril, realizan varias actividades gastronómicas alrededor de este árbol. Asimismo, sus habitantes descubren continuamente nuevas rutas para poder disfrutar del llamativo rosa que reflejan sus flores.

Cerezo, árbol primaveral España

Para que este árbol crezca y dé luz a sus frutos, las cerezas, es importante que reciba luz solar durante casi todo el día y que se mantenga alejado de las bajas temperaturas. A pesar de florecer en marzo, sus frutos no aparecen hasta principios de la tercera estación del año: el verano. Es preciso mencionar que, aunque no sean muy altos, si su cuidado es impecable, pueden llegar a medir hasta 22 metros.

En cuanto al terreno, es necesario que sea profundo y cubierto con un abono fértil, arenoso y húmedo, factor que reduce el consumo del agua que necesita el cerezo. También, para no marchitar sus hojas, es importante saber que únicamente se puede podar cuando éstas estén completamente secas, o que el árbol en conjunto esté creciendo muerto o enfermo.

Manzano

Este ejemplar de origen europeo suele prosperar en climas fríos. A finales de invierno, los agricultores plantan sus semillas (o tallos, dependiendo del procedimiento) y los riegan abundantemente para que crezcan sus raíces y se agarren al suelo con mucha fuerza, ya que deben protegerse de los posibles vientos de la época.

Manzano, árbol primaveral España

Con un tamaño de entre 10 y 12 metros, su fuerte estructura puede vivir hasta 60 o 70 años tras su plantación. Sus hojas son ovaladas, con una base característica por su forma triangular, y la parte superior acabada en punta. En cuanto a las flores que produce, pueden observarse de hasta tres colores distintos: blanco, rojo y rosa. Además, produce un fruto conocido como la manzana. Rico en vitaminas de tipo A, B y E, este alimento puede ingerirse en su estado natural, como mermelada, vinagre (procedente de la sidra de la pipa), o dulce. También, puede crecer bajo tres pieles de distinto color: verde, amarillo, y/o rojo.

Por último, aquellos trabajadores encargados de su plantación, deben sembrarlos con abonos que contengan zinc, boro, magnesio y hierro, ya que son los micronutrientes más importantes para su crecimiento. Esto lo tienen en gran consideración sobre todo en Asturias, ya que es una zona ideal para facilitar su desarrollo durante los 3-5 años que tarda el manzano en crecer al completo.

“Los árboles que crecen lento producen los mejores frutos.”

Molière

ARBUSTOS

Isquemia Japónica

El primer arbusto primaveral mencionado es la isquemia japónica, un ejemplar de no más de 1 metro de altura que crece en varios territorios de España. Bajo las tipologías existentes, éste es conocido como semisombra, pues no soporta a gran escala la temperaturas elevadas pero tampoco el frío invernal.

La peculiaridad de este ejemplar reside en su proceso de crecimiento y en elementos que produce. Por un lado, es un arbusto que se planta en noviembre, ya que sus hojas y los frutos rojos que crecen de sus ramas se utilizan para varias composiciones navideñas, entre las cuales destaca el muérdago. Antiguamente, la leyenda cuenta que aquellos que pasen por debajo de sus tajos deberán darse un beso de amor verdadero. Por otro lado, algunos siguen en tierra hasta la primavera, periodo después de la recolección del fruto. Seguidamente, mediante un riego constante, empiezan a crecer una multitud de flores blancas que, con la llegada del verano se transforman hasta obtener un color amarillento.

Finalmente, es precioso mencionar que este ejemplar suele utilizarse en jardines interiores o en patios de casas amplias, pues sus vivos colores funcionan perfectamente para decorar los hogares.

Cydonia Japónica

De origen japonés, del mismo modo que el arbusto anterior, éste vegetal es conocido en la Península Ibérica como el ‘membrillo de Japón’. Su rápido crecimiento se debe a las constantes lluvias de primavera. Es por ello, que su plantación se inicia a principios de marzo y finaliza a mitades de verano, aunque este proceso se ha recortado debido al calentamiento global.

Cydona Japónica, arbusto primaveral España

Para cultivarlos adecuadamente, el abono utilizado debe estar húmedo, pero no aguado. Debe contener los nutrientes necesarios para que, tras dos meses desde la plantación de la semilla, sus flores crezcan y muestren ese color rojo anaranjado tan conocido del país asiático. Asimismo, el nombre por el que se conoce en España hace referencia a las hojas verdes que aparecen a finales de abril, pues entre ellas pueden aparecer frutos similares al membrillo, incluso de la misma tonalidad y tamaño. Para terminar, el metro y medio con el que cuenta este ejemplar, suele crecer en el norte y centro de España, pues en Andalucía no aguantaría ese clima tan caluroso.

Coprosma Chocolate

Compuesto por hojas muy persistentes, el tercer y último arbusto no alcanza más de 80 centímetros. Su cultivo comienza a finales de primavera dejando entrever unas hojas de color tierra; mejor dicho, marrón chocolate. Este cambio ocurre mediante los rayos de sol, pues cuando éstos inciden en las hojas verdes, las reseca pareciendo que estén muertas.

Esta especie no suele necesitar terrenos húmedos ni grandes cantidades de agua. Su abono debe ser básico, pero con los nutrientes necesarios para que pueda crecer a un ritmo constante (sobre todo hierro). Suele encontrarse en varios puntos de todo el país, pues sirve para decorar hogares, jardines, parques, o las calles más populares de las ciudades. Su mantenimiento no trae consigo un coste elevado, pero si no se tienen en cuenta sus condiciones, el desarrollo de la planta podría verse afectado dejando ramas secas y hojas color arena.

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